Cuatro avenidas para el desarrollo

La transformación de Argentina en un país más equitativo, inclusivo y próspero requiere un enfoque integral que aborde los problemas estructurales y siente las bases para un desarrollo sostenible y con oportunidades para todos. Desde CIPPEC, hace tiempo que hemos identificado cuatro pilares fundamentales, a los que llamamos “avenidas para el desarrollo”, que han guiado nuestro trabajo a lo largo del 2024:  Finanzas públicas sostenibles, Educación para el desarrollo, Inclusión social y un Estado capaz e inteligente. Estos ejes han orientado nuestros esfuerzos para promover políticas públicas que enfrenten los desafíos estructurales del país y permitan superar décadas de crisis recurrentes, contribuyendo a una Argentina más estable y resiliente. 

La estabilidad macroeconómica es el punto de partida esencial para alcanzar un desarrollo sostenido. Esta estabilización tiene que sentar las bases para equilibrar las cuentas públicas y garantizar la sostenibilidad de las finanzas gubernamentales. Por ello, CIPPEC viene impulsando propuestas concretas, como el reordenamiento del sistema previsional, con el objetivo de reducir el déficit fiscal y garantizar la sostenibilidad del sistema, abordando desafíos del crecimiento y el envejecimiento poblacional.  

Sin embargo, ordenar la macroeconomía es condición necesaria, pero no suficiente.   

La educación es siempre el primer paso en cualquier estrategia de desarrollo. Argentina hace años que atraviesa una crisis de terminalidad y de aprendizajes: sólo el 13% de los estudiantes logran finalizar la secundaria en tiempo y forma e incorporar contenidos básicos satisfactorios, una realidad alarmante que desde CIPPEC abordamos a través de iniciativas como los Sistemas de Alerta Temprana (SAT). Implementados con éxito en provincias como Mendoza y Entre Ríos, estos sistemas han evitado, en tan solo un año, que cerca de 5.200 estudiantes discontinúen sus estudios. Además, estamos trabajando con Salta, Misiones, Santa Fe y Jujuy en el diseño e implementación de sus propios SATs, con el objetivo de garantizar que más chicas y chicos terminen la educación obligatoria. Asegurar una formación completa y de calidad no solo transforma vidas individuales, sino que también constituye el motor principal para el progreso y el aumento de productividad del país. 

En términos de inclusión social, las urgencias son muchas. Más de la mitad de la población vive bajo la línea de pobreza, y seis de cada diez niños se ven afectados por esta realidad. Esta crisis exige políticas integrales que no solo mitiguen los efectos inmediatos, sino que generen empleo y mejoren la calidad de vida. Inspirados en experiencias exitosas de países vecinos, desde CIPPEC adaptamos estas lecciones al contexto argentino, impulsando medidas que promueven la equidad social y mejoran las condiciones de vida de los más vulnerables. 

No obstante, para que estas transformaciones sean posibles es indispensable contar con un Estado moderno, capaz e inteligente que lidere los cambios necesarios. La construcción de un Estado ágil y eficaz requiere aprovechar el potencial de la tecnología y los datos para tomar decisiones más eficientes. En efecto, necesitamos un Estado que implemente políticas inclusivas y sostenibles, pero que también fortalezca las instituciones democráticas para afrontar los desafíos estructurales del país. Un ejemplo de ello es la reciente sanción de la Boleta Única Papel (BUP), impulsada durante más de una década por CIPPEC junto a otras organizaciones, que representa un avance hacia un sistema electoral más transparente y eficiente. Sólo con un Estado comprometido y eficaz será posible construir una Argentina más equitativa, justa y preparada para un desarrollo sostenido que beneficie a toda su población.